Luego de ordenarse sacerdote, Don Bosco visita la cárcel de Turin. Al ver semejante cantidad de menores en estado critico, se da cuenta de la falta de felicidad de esos chicos, por mas que por fuera se mostraran fuertes.
Decide ayudarlos, tener un lugar para llevarlos y que se diviertan, por mas que esto signifique rechazar numerosas ofertas que le garantizarían una vida de lujos.
Finalmente, luego de muchas dificultades, Juan se logra ganar el cariño de estos jóvenes.
